Los gatos son (casi) líquidos... ¡y lo saben!
- Juan Carlos Ramírez
- 9 ene
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Actualizado: 16 ene

Por Delator / ¿Son los gatos tan infalibles como creemos? Un nuevo estudio ha puesto en jaque la percepción de estos ágiles maestros al descubrir un dato inesperado: los gatos no siempre saben si pueden atravesar espacios pequeños antes de intentarlo. Aunque en ciertas situaciones parecen conscientes de su tamaño, muchas veces actúan por pura curiosidad y un descarado "prueba y error". Este hallazgo no solo desafía la idea de que los gatos son calculadores natos, sino que también arroja luz sobre los misterios de su enigmática mente y nos invita a replantear lo que realmente sabemos sobre su autopercepción.

Péter Pongrácz, doctor en Ciencias Biológicas, realizó pruebas con 30 gatos domésticos, utilizando aberturas de tamaño decreciente, que variaban en altura y anchura, lo que permitía observar cómo reaccionaban los felinos a diferentes limitaciones espaciales. Los resultados son bastante interesantes:
Sin decisiones previas: Los gatos no parecían tomar decisiones a priori cuando se enfrentaban a aberturas estrechas y altas. Es decir, no parecían calcular si cabrían o no antes de intentar pasar.
Dudas ante aberturas bajas: Sin embargo, los gatos sí mostraban vacilación al acercarse y entrar en aberturas incómodamente bajas. Esto sugiere que son más conscientes de su tamaño cuando la altura es un factor limitante.
Estrategia de "prueba y error": Los gatos parecen preferir una estrategia de "prueba y error" al enfrentarse a aberturas estrechas. Su anatomía y su forma de moverse les permiten ajustarse y pasar por espacios reducidos con relativa facilidad.
Conciencia corporal selectiva: Los gatos utilizan su conciencia del tamaño de su cuerpo de manera selectiva, principalmente cuando se trata de la altura de una abertura. Esto indica que la conciencia corporal en gatos no es un concepto de "todo o nada", sino que se manifiesta de manera diferente según la situación.

El estudio publicado en la revista ScienceDirect destaca que la autopercepción en animales, y en particular en los gatos, es más compleja de lo que se pensaba. La teoría modular de la autopercepción sugiere que sus componentes pueden desarrollarse de manera independiente. En el caso de los gatos, la capacidad de reconocer su propio tamaño parece estar más vinculada a la resolución de desafíos espaciales específicos que a una autoconciencia general.
Los gatos son animales ágiles, bien adaptados para escalar, saltar y pasar por espacios estrechos. Su estrategia de locomoción cautelosa y su capacidad para evitar lesiones al caer desde alturas considerables, pueden explicar por qué en determinadas situaciones prefieren el método de "prueba y error".